domingo, 11 de noviembre de 2012

Antagonismo Microbiano o Exclusión Competitiva

Antagonismo Microbiano 


Antagonismo microbiano o exclusión competitiva. El antagonismo microbiano incluye la competencia entre microbios. Una consecuencia de esta competencia es que la microflora normal protege al huésped contra la colonización por posibles microbios patógenos porque compite por los nutrientes, produce sustancias nocivas para los microbios invasores, y afecta condiciones como el pH y la disponibilidad de oxígeno. Cuando se altera este equilibrio entre la microflora normal y los microbios patógenos puede aparecer la enfermedad.

"Un ejemplo es el de la penicilina que actúa sobre la pared celular de la bacteria procariota que esta compuesta de peptidoglicano y esta pared le da mucha resistencia a las bacterias para sobrevivir en los medios donde infecta y lo que hace la penicilina (Penicilina viene del latín penicillum que significa "pequeño pincel" y es una espora de un hongo) es inhibir la síntesis de este peptidoglicano y así evita la formación de la pared celular cuando se están formando y queda vulnerable y muere" (información obtenida de un video sobre bacterias https://www.youtube.com/watch?v=KcFjXYzGh20

Otro ejemplo dentro del libro de Introducción a la Microbiología de Tortora, es el de la microflora bacteriana normal de la vagina de las mujeres adultas que mantiene un pH local de al rededor de 4. La presencia de la microflora normal inhibe el crecimiento excesivo de la levadura Candida Albicans, que crece cuando se altera el equilibrio entre la microflora normal y los patógenos y cuando se modifica el pH. Si se elimina la población bacteriana mediante antibióticos, duchas excesivas o desodorantes el pH de la vagina se vuelve casi neutro y el C. Albicans puede proliferar y transformarse en el microorganismo dominante de esa región. Esta condición puede conducir a una forma de Vaginitis (infección en la vagina)

Referencias:
Introduccion a la microbiologia
 By Gerard J. Tortora, Berdell R. Funke, Christine L. Case
Pag. 424

Por: Eduardo Tello Güereña 

 

 


 

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